martes, 21 de mayo de 2013

IMPLICAR A LOS ALUMNOS EN SUS APRENDIZAJES Y SU TRABAJO


LAS COMPETENCIAS DE UN DOCENTE EN EL SIGLO XXI


AUTOR: CELINA CAMACHO ARELLANO
 

INTRODUCCION

En el presente trabajo se desarrolla una de las competencias que en mi opinión personal es de mayor importancia, la de implicar a los alumnos en su aprendizaje y su trabajo. Para conseguir que los alumnos aprendan, no basta explicar bien la materia y exigirles que aprendan. Es necesario despertar su atención, crear en ellos un genuino interés por el estudio, estimular su deseo de conseguir los resultados previstos y cultivar el gusto por los trabajos escolares. Ese interés, ese deseo y ese gusto actuarán en el espíritu de los alumnos como justificación de todo esfuerzo y trabajo para aprender. La motivación es uno de los recursos más utilizados en nuestra vida humana, manifestándose en diferentes situaciones y que podemos darle esa intensidad y eficacia, aquel alumno motivado tendrá deseos de saber, de aprender cada día. La familia, la sociedad son parte de esa motivación hacia el niño propiciarla no es una tarea muy fácil pero si se da tendrá un buen impacto en su aprendizaje. Enseñar a los niños y adolescentes actuales requiere de unas estrategias didácticas que les motiven personalmente, les impliquen en sus procesos de aprendizaje y les conviertan en sujetos activos de su desarrollo personal.
 


DESARROLLO
 
 
 
Para que la enseñanza sea eficiente se debe contar con la participación esencial y efectiva de los alumnos y, para ello, hay que establecer una relación interpersonal con empatía, basada en el respeto mutuo de la dignidad y la autonomía, tanto del docente como del alumno. Es decir la personalidad del profesor es un factor principal para implicar motivación, su porte, su aspecto físico, expresión, su dinamismo, su entusiasmo por la asignatura, su buen humor y cordialidad junto con su firmeza y seguridad. Un segundo factor seria el material didáctico utilizado en las clases: por ejemplo mapas, cuadros murales, proyecciones cinematográficas, vídeos, programas de ordenador, etc. todo lo que haga interesante al tema siendo más concreto e interesante.
Como lo menciona en uno de sus artículos Perrenoud, se puede aprender riendo, jugando, encontraremos una diversidad que para la mayoría de los alumnos puede parecerles algo de frustración, angustia al fracaso, miedos etc, un reto más que la labor docente debe tomar como parte de sus estrategias para que el salón sea un entorno con homogeneidad y provechoso. Y finalmente un tercer factor las planeaciones o métodos de trabajo planear discusión de temas en grupos de trabajo, juegos, representaciones teatrales, organización y ejecución de proyectos, exposiciones de trabajos, excursiones para observar y obtener datos, así contribuimos a que el alumno se sienta con la obligación y compromiso dando su mayor esfuerzo para irse desarrollando en su vida y sus aspiraciones.
La relación docente-alumno es indispensable crearla muy cercana, por la ventaja de que podemos ganarnos su confianza e ir puliendo el deseo de aprender y ser valioso en las clases, por otro lado el distanciamiento se dará si nos manifestamos con lenguajes inapropiados, castigos, rechazo, sarcarmos etc. Influye directamente al alumno y mostrara el desinterés hacia la clase, hacia la escuela. Ayudarlos a desarrollar proyectos individuales como por ejemplo dominar más la lectura sin titubear, o en cualquier otra materia son necesarios para su crecimiento y siempre deben sentir ese apoyo del profesor.

Les dejo este video para visualizar las opiniones de los alumnos acerca de su aprendizaje y como desean ellos que se se vaya dando y contribuir en su propio desarrollo.
 

 
CONCLUSIONES
El mundo globalizado de este siglo presenta muchos retos en la cotidianidad de los niños y los jóvenes, quienes requieren el desarrollo de varios tipos de saberes, como los ha definido la UNESCO: saber ser, saber hacer, saber convivir. Integrar conocimientos, habilidades y valores necesarios para ello, implica un gran esfuerzo de padres y maestros. Cada vez es menos frecuente que un profesor se limite simplemente a exponer un tema en clase. El avance del conocimiento y la innovación en los modelos pedagógicos están obligando al docente a prepararse en desarrollar competencias con alta responsabilidad, ética, compromiso con los estudiantes, institución y sociedad a la que pertenece.
 
El docente del siglo XXI ha de realizar cotidianamente en el aula, una enseñanza centrada e interesante para los estudiantes, que implique la realización de una planeación por competencias, incluyendo estrategias cognitivas, situaciones didácticas acordes a los aprendizajes esperados, describir actividades preactivas, activas y posactivas que han de llevar a cabo el profesor y los alumnos en los procesos de enseñanza y aprendizaje; y combinar determinadas formas de evaluación. Con este tipo de docente, cuando apoya a sus estudiantes a desarrollar sus competencias, implica una integración, no sólo de conocimientos, conceptos, habilidades, destrezas, actitudes, de las diversas disciplinas y áreas del conocimiento, porque en la vida diaria se utilizan saberes integrados, para resolver distintos tipos de problemas.

 
 

REFERENCIAS
 


 

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